“Decile que papas y fresco grande… Uva decile” mi hermana mayor siguio mis indicaciones y le dijo lo mismo a la muchacha que nos tomaba la orden en el autoservicio de Wendy’s del Monumento a la Madre… La muchacha nos entrego el vuelto y la comida, revisamos con mi hermana las bolsas para ver que todo iba completo… “Pedí salsa de tomate” le dije a Marlen, en el momento que mi hermana esta pidiendo la salsa yo aprovecho y le robo unas cuantas papas al combo de mi hermana… salimos del autoservicio lo mas rápido que pudimos y nos dirigimos hacia la casa… yo llevaba cara de preocupación… estaba enojado conmigo mismo, nos habíamos tardado mucho… en ese momento el partido llevaba 10 minutos de haber iniciado…
Ese 8 de Noviembre de 1992 fue uno de esos domingos pesados en mi San Pedro Sula… sol bravo, vapor colándose al interior del carro, el aire (a/c) apenas se siente… del restaurante a mi casa la distancia es corta (como todo en SPS), pero todo ese calor hacia que se sintiera eterno… hasta ese momento le había fallado a mi equipo, no había estado para la antesala, no había escuchado mi himno, no había revisado la alineación, no había hecho ni mi… mi selección ocupaba mi apoyo, ocupaba el de cada uno de nosotros…
Llegamos a la casa y salgo disparado del carro con medio sándwich de pollo en la mano, entro a la casa y de un solo enciendo el televisor y pongo canal 9… “Queee?... No puede ser, Marlen! Ya vamos perdiendo! Vamos 2 a 0” Costa Rica se había ido adelante en el marcador con goles de Austin Berry y Diego Arnaez… En ese instante sentí un gran dolor, sentía q estaba a punto de morirme… le faltan 25 minutos al primer tiempo y pensaba que la goleada estaba lista. Me senté a verlo pero lo que logre ver fue un partido enredado… de repente, ya estábamos en medio tiempo y Honduras solo tenía 45 minutos para tratar de enmendar la situación.
Al inicio de la segunda etapa ingreso un muchacho de nombre Cesar Obando, más conocido como “El Nene”, dada su pequeña contextura física. El talento del Nene era indiscutible y su llamado a la bicolor era inobjetable, pero sus pinceladas más importantes futbolísticamente hablando estaban todavía por verse… Iniciando el tiempo complementario, uno de los hombres emblemáticos de la “H” logró perforar el arco tico… Dolmo Flores había aparecido en el marcador. Transcurrieron los minutos, y luego de una gran habilitación del “Nene”, otro jugador histórico logro el empate catracho… Richardson Smith decía presente. Los minutos continuaban y el partido crecía en intensidad… se notaba un dominio parcial del conjunto hondureño pero no había tanta claridad y de repente aparece nuevamente el “El Nene” Obando y de pierna zurda coloca la tercera anotación para el combinado hondureño… no lo podía creer, habíamos hecho la hombrada… yo gritaba con todas las fuerzas del mundo, mi hermana saltaba (mientras ella saltaba yo le robaba mas papas)... faltaba poco para el final y yo sabia que el partido ya estaba liquidado, el cuadro costarricense estaba sin alma, y sin respuesta.
Debo de admitir que desde hace muchos años no veo un partido de la bicolor junto con mi hermana y este miércoles 11 no será diferente… ella estará en la sala de su nueva casa en Tegucigalpa junto con su esposo y lindas hijas pendiente de cada jugada, mientras yo estaré sentado en el Estadio Saprissa, Platea Oeste Bloque C Asiento 5043, junto con 3,000 almas catrachas gritando “Honduras, Honduras”… pero a pesar de la distancia seguimos compartiendo el mismo sueño… volver a ver a Honduras en un mundial.
Marlen, al igual que mi combo de Wendy’s hace mas de 15 años, veremos a un combo hondureño… GRANDE!
Ese 8 de Noviembre de 1992 fue uno de esos domingos pesados en mi San Pedro Sula… sol bravo, vapor colándose al interior del carro, el aire (a/c) apenas se siente… del restaurante a mi casa la distancia es corta (como todo en SPS), pero todo ese calor hacia que se sintiera eterno… hasta ese momento le había fallado a mi equipo, no había estado para la antesala, no había escuchado mi himno, no había revisado la alineación, no había hecho ni mi… mi selección ocupaba mi apoyo, ocupaba el de cada uno de nosotros…
Llegamos a la casa y salgo disparado del carro con medio sándwich de pollo en la mano, entro a la casa y de un solo enciendo el televisor y pongo canal 9… “Queee?... No puede ser, Marlen! Ya vamos perdiendo! Vamos 2 a 0” Costa Rica se había ido adelante en el marcador con goles de Austin Berry y Diego Arnaez… En ese instante sentí un gran dolor, sentía q estaba a punto de morirme… le faltan 25 minutos al primer tiempo y pensaba que la goleada estaba lista. Me senté a verlo pero lo que logre ver fue un partido enredado… de repente, ya estábamos en medio tiempo y Honduras solo tenía 45 minutos para tratar de enmendar la situación.
Al inicio de la segunda etapa ingreso un muchacho de nombre Cesar Obando, más conocido como “El Nene”, dada su pequeña contextura física. El talento del Nene era indiscutible y su llamado a la bicolor era inobjetable, pero sus pinceladas más importantes futbolísticamente hablando estaban todavía por verse… Iniciando el tiempo complementario, uno de los hombres emblemáticos de la “H” logró perforar el arco tico… Dolmo Flores había aparecido en el marcador. Transcurrieron los minutos, y luego de una gran habilitación del “Nene”, otro jugador histórico logro el empate catracho… Richardson Smith decía presente. Los minutos continuaban y el partido crecía en intensidad… se notaba un dominio parcial del conjunto hondureño pero no había tanta claridad y de repente aparece nuevamente el “El Nene” Obando y de pierna zurda coloca la tercera anotación para el combinado hondureño… no lo podía creer, habíamos hecho la hombrada… yo gritaba con todas las fuerzas del mundo, mi hermana saltaba (mientras ella saltaba yo le robaba mas papas)... faltaba poco para el final y yo sabia que el partido ya estaba liquidado, el cuadro costarricense estaba sin alma, y sin respuesta.
Debo de admitir que desde hace muchos años no veo un partido de la bicolor junto con mi hermana y este miércoles 11 no será diferente… ella estará en la sala de su nueva casa en Tegucigalpa junto con su esposo y lindas hijas pendiente de cada jugada, mientras yo estaré sentado en el Estadio Saprissa, Platea Oeste Bloque C Asiento 5043, junto con 3,000 almas catrachas gritando “Honduras, Honduras”… pero a pesar de la distancia seguimos compartiendo el mismo sueño… volver a ver a Honduras en un mundial.
Marlen, al igual que mi combo de Wendy’s hace mas de 15 años, veremos a un combo hondureño… GRANDE!
